Schmalzerhof
comodidad de trabajo, niveles de consumo, resultados de lavado - euforia en Schmalzerhof
"Los platos no solo se ven limpios, sino que también se sienten limpios."
Simone Baumgartner y su marido Herbert Margreiter son unos valientes anfitriones. "Nos encontramos en una zona de esquí, hasta Innsbruck hay aproximadamente unos 22 quilómetros y tampoco para practicar senderismo esta región es la primera opción", detalla Simone Baumgartner.
¿A pesar de ser un punto wifi, qué hace su Schmalzerhof situado en el pequeño municipio de Weer en Inntal? Es por la simpática pareja de dueños, por la excelente cocina de Katrin, la hermana de Simone Baumgartner. Mientras los turistas se instalan en Innsbruck, la gente de la región se ocupa de la intensa actividad en las habitaciones de Schmalzerhof que dispone de 120 plazas.
A tan solo dos pasos se encuentra la sede central del famoso productor de cristal Swarovski junto con su atractivo turístico "Los mundos de cristal" en Wattens. Pero son pocas las veces que los visitantes de los mundos de cristal acuden a Schmalzerhof - más bien la cocina del negocio familiar se estima para una comida empresarial.
"Tenemos unos resultados de lavado sensacionales!"
Lo que caracteriza especialmente a la animada anfitriona es su apego, su estupendo humor, siempre de corazón, y sus ganas incontrolables en la prestación de servicios. "Aunque también soy bastante quisquillosa", reconoce Simone Baumgartner.
Por este motivo, la jefa de la casa también está especialmente contenta por el nuevo lavavajillas de capota de la cocina: "tenemos unos resultados de lavado sensacionales, ¡es exactamente lo que siempre habíamos soñado! Los platos no solo se ven limpios, sino que también se sienten limpios, dice Simone Baumgartner satisfecha.
Janka Chlebovcova también comparte su entusiasmo. Janka, de 53 años, trabaja en el área de fregado de Schamlzerhof y opina "Simone, esta máquina es tan buena. ¡Ya no tengo que empujar más hacía arriba! Por lo menos cada día se lavan aproximadamente unas 200 cestas y antes tenía que abrir la capota manualmente 200 veces cada día y luego volver a cerrarla. "Era como tener un gimnasio en el mismo trabajo" ríe Janka.
Además, dado que la capota se abre automáticamente y utilizando solo la punta del dedo se vuelve a cerrar, ahora fregamos más rápidamente - y esto también resulta beneficioso fuera en el comedor: "Al mediodía reponemos nuestras mesas hasta cuatro veces - entonces tanto nuestros procesos y como la máquina tienen que funcionar bien", explica Simone Baumgartner.
Nuestros clientes pueden confiar en nosotros al 100%, y eso es lo que esperamos nosotros de nuestros proveedores. En MEIKO definitivamente lo hemos encontrado. Al lado de las dos hermanas, Simone y Katrin Baumgartner, además de Janka Chlebovcová, el lavavajillas tiene otro gran fan.
El señor de la casa, Herbert Margreiter, valora los bajos niveles de consumo en cuanto a energía, química y agua, los cuales después de todo no se obtienen a través de la recuperación del calor de las aguas residuales así como de la planta de osmosis integrada (MEIKO GiO). "Y para él esto es muy importante, ya que utilizamos también coches eléctricos que cargamos a través de la instalación fotovoltáica que tenemos en casa, para preservar el medio ambiente. dice Simone.